Envejecimiento y las pensiones
Termina el año y toca analizar algunos de los problemas más importantes a los que nos tendremos que enfrentar en 2025 y siguientes, y sin duda uno de los que más preocupa son las pensiones.
Algunos datos sobre el envejecimiento en la UE
La población de la UE está envejeciendo y esto se puede ver a través de diferentes indicadores estadísticos. Si observamos los datos históricos de GeoTáctica para comprobar la evolución de la proporción de personas mayores en la población comprobamos que en 2020, el 21% de la población tenía 65 años o más, frente al 16% en 2001, lo que supone un aumento de un 5%. Si nos fijamos más concretamente en el grupo de 80 años o más, su cuota era de casi el 6 % en 2020, mientras que en 2001 era del 3,4 %, lo que significa que se ha prácticamente duplicado durante este periodo. Por otro lado, la proporción de jóvenes (de 0 a 19 años) en la UE era del 20 % en 2020, lo que supone un descenso de 3 puntos porcentuales respecto al 23 % de 2001.
Otra forma de analizar el envejecimiento de la sociedad en la UE es observar la edad media de la población. Si ésta era de 38 años en 2001, en 2010 era de 41 años y de 44 años en 2020. Esto supone un aumento de 6 años en la edad media de la UE durante este periodo.
Si sumamos los datos del aumento de nuestros mayores con el descenso de personas jóvenes los porcentajes son aún más preocupantes y la brecha se abre aún más.
¿Un problema a corto o largo plazo?
Centrándonos ahora en España, está más que claro que, al igual que en el resto de la UE, nos enfrentamos a un reto con un altísimo riesgo del sistema de pensiones a largo plazo, y que la confianza de la población en el futuro de las pensiones está por los suelos también.
Sin embargo, el problema lo tenemos también muy a corto plazo. Veamos porqué. En 2023 arranca la jubilación del baby boom, es decir los nacidos entre 1958 y 1977, y que empiezan a cumplir 66 y 65 años durante el presente curso. Durante ese periodo en nuestro país nacieron 14 millones de bebés, una altísima natalidad en un periodo de unos 17 años.
De este modo, en 2030, prácticamente 4 millones de baby boomers ya disfrutarán de su jubilación, cifra que superará los 11 millones en 2040. Al ser el sistema español de pensiones un sistema de reparto en el que los cotizantes de hoy pagan las pensiones a los jubilados a cambio de recibir una pensión en el futuro en función de su contributividad presente, cabe preguntarse cómo afectará este pico de aumento de la población mayor a la sostenibilidad del sistema.
El grueso de esta generación sigue trabajando y aportando al sistema en este momento, pero su jubilación está cerca y es un reto más que notable para el sistema de pensiones, puesto que son una generación muy grande en número, que hoy aporta un gran montante económico al sistema con sus cotizaciones y que cuando se jubile dejarán de cotizar, por un lado, y recibirán pensiones altas por otro, gracias a los elevados salarios que percibe esta generación de media hoy en día.
Soluciones
El futuro es muy incierto, entre otras cosas porque el envejecimiento paulatino de la población no solo conlleva aumentar el gasto en pensiones, sino también en Sanidad.
Las soluciones están ahí, pero no son nada fáciles de llevar a cabo o no interesan. Además, según los expertos, tampoco son tantas en número, veamos..
Por un lado está subir los impuestos y cotizaciones sociales a todos los que aún aporten al sistema, que serán cada vez menos en proporción a los que reciban la prestación de jubilación y deberán hacer un mayor esfuerzo para compensar y aumentar o mantener los ingresos del caudal público. Y por otro lado está reducir el gasto, que se puede enfocar en dos vertientes. Recortando las pensiones, lo cual es poco probable porque la tendencia en el último periodo está siendo la contraria y porque además se trata de un grupo poblacional muy grande que tiene un peso decisivo a nivel electoral, por lo que una bajada es muy poco probable. Y la otra opción es retrasar o aumentar la edad de jubilación, una opción que ya se está llevando a cabo y que tiene bastante aceptación social. Por un lado la cada vez mayor longevidad de la población hace que sea un paso casi lógico, y por otro el hecho tener mejores condiciones de salud y capacidades laborales a la actual edad de jubilación gracias a los avances en Sanidad. Se calcula que el estado mental y físico de una persona de 65 años de hoy corresponde a una de unos 50 años de entre los 70s y los 80s.
Conclusión
En cualquier caso se presenta un reto tanto a corto como a largo plazo que deberemos afrontar con toda la cautela y determinación posible para garantizar el futuro de todos, con medidas que estén a la altura de las circunstancias y que tengan el mayor consenso posible para que sobrevivan al cambio de gobiernos, para convertirse de verdad en medidas largoplacistas consolidadas y no en parches que vayan cambiando cada 4 u 8 años.
Crucemos los dedos para que tanto nosotros como los que vienen detrás nuestro tengan el mismo derecho a la pensión digna y merecida que tienen ahora nuestros padres y abuelos.
En GeoTáctica disponemos de todos los datos sociodemográficos necesarios para analizar éste y un sinfín de retos más de los que nos vienen en el corto, medio y largo plazo.